Reseña: 'Regresión. En un sendero de mi memoria'

Autora: Almudena Hernández Martínez


Editorial: Éride Ediciones

Año de publicación: 2016

Páginas: 143

Formato en el que la he leído: Papel

Resumen: Victoria pasea tranquilamente por un mercadillo de antigüedades, ajena a todo. Se detiene ante un puesto de fotografías antiguas… y mientras observa con atención las miradas de todas aquellas personas que han quedado inmortalizadas en el recuerdo, una imagen llena sus atónitos ojos. Y piensa: “Ya la había visto antes, me parecía como un fantasma del pasado encerrada en un trozo de papel. Sonriente, elegante y hermosa. Tal y como seguía viviendo en mis recuerdos. Tal y como seguía extrañamente viviendo dentro de una mente que no soportaba echarla tanto de menos”. La gente que hay a su alrededor cuchichea algo en voz baja, mientras Victoria sostiene entre sus manos aquella fotografía en blanco y negro.

Almudena Hernández Martínez es una técnica de enfermería murciana cuya escritura se especializa en poemas y relatos de género gótico. En el año 2011 fue galardonada con el primer premio a nivel nacional, en el XV certamen de investigación “Fae” (Fundación para la formación y avance de la enfermería). Regresión. En un sendero de mi memoria es su primera novela publicada.

Esta novela pertenece a varios géneros, a saber novela romántica, gótica, surrealista y LGBT. Es una obra cortita y fácil de leer. En la historia no hay una acción trepidante, ni grandes conflictos, ya que todos los problemas y decisiones que la protagonista deberá afrontar son más bien de tipo emocional. Esto hace de la novela un relato existencialista, emotivo y hasta un poco filosófico. Tiene una estética bien cuidada, con abundantes descripciones. Hay que resaltar que está escrita en primera persona desde la perspectiva de Victoria y esto hace que el lector comprenda todos sus deseos, miedos y, en general, sentimientos.

La obra tiene muchas cosas interesantes y la primera es la propia escritura. Solo puedo decir que nunca he visto nada igual. Mezcla el registro coloquial (al fin y al cabo es la mente de Victoria la que nos habla) con lenguaje culto (especialmente las escenas eróticas son, casi literalmente, pura poesía). Todo esto con un toque personal de la autora que, como no sé describir, lo ilustro con un ejemplo:

"Aún no puedo entender cómo no viera en la situación que me encontraba. Cuando terminó conmigo hizo a mi madre llamar. Los dos salieron uno detrás del otro al pasillo."

Otra cosa curiosa es el limitado elenco de personajes sumamente pintorescos. Primero tenemos a la propia Victoria, en cuya mente nos enredamos con un sinfín de emociones y sensaciones. En segundo lugar su amada, María, un ser angelical que parece sacado de otro mundo (por lo que Victoria se enamora de ella a primera vista). Por último, Rebeca, una chica fantasmagórica y misteriosa. El único personaje que interviene también en la acción y puede mencionarse es la madre de Victoria (comprensiva hasta más no poder, pues no deja de sorprenderme que una señora mayor de 1964 acepte tan de buena gana la homosexualidad de su hija), y si acaso la estricta madre de María. Sin embargo, en esta novela los hombres son prácticamente atrezzo, y son el padre de Victoria, don Julián (su jefe) y un médico que ni tiene nombre. Creo que deberían haber tenido más presencia y personalidad.

El misterio está presente en todo el relato y donde se manifiesta con mayor evidencia es en el "viaje astral" de Victoria. No sabemos qué le pasa cuando ve una foto en 2015 y de pronto la vemos "renacer" con una vida rutinaria en 1964. Una fantasmagoría es el personaje de Rebeca que entra y sale de la trama en escenas oscuras y mágicas como si de una bruja del destino se tratara. Todo coronado con un desenlace que me ha dejado como el final de los Serrano.

Con todo, yo describiría esta novela como "extraña". ¿Eso es malo? No. Si hay algo que le reconozco a los autores es que consigan originalidad en géneros que están tan trillados como la novela romántica, y esta es sin duda una novela original. Extraña, te deja pensando y te hace leerte tres o cuatro veces el final para ver si lo has entendido bien, pero original. 

Como cita de la novela, me quedo con la frase:

"De vez en cuando la vida está para asombrarnos. Y conmigo lo estaba haciendo. Vaya si lo estaba haciendo"


Si te gusta lo gótico y el surrealismo, has encontrado en este libro la horma de tu zapato.



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