Autor: Iván Guevara
Obra: Bodas de plomo
Editorial: Ronin Literario
Año de edición: 2018
Número de páginas: 80
Lugar de edición: España
Sinopsis: «Se hacen trabajos de toda índole. Parecen accidentes»
La violencia se normaliza desde el comienzo: Mario y el Rata publican un anuncio para ofrecer sus servicios como matones y aparece un cliente: un millonario dispuesto a pagar dos millones de pesetas por liquidar a su hermano, que ha cometido el error de robarle a su amante y casarse con ella.
Como es propio de la novela negra, en particular del hard-boiled americano en el que Bodas de plomo inspira su planteamiento y su desarrollo, la trama tiene que enredarse con motivaciones ocultas, segundas intenciones, un McGuffin y varios sujetos con intereses enfrentados jugando a ver quién es más listo.
Y es que, como los detectives de Raymond Chandler o Dashiell Hammet, a los que sus clientes nunca les contaban toda la verdad a la hora de contratarlos, los antihéroes de Iván Guevara también descubrirán el pastel de su cliente. Aunque para ello tengan que dejar unos cuantos cadáveres por el camino y recorrerse media Barcelona, desde las calles más chungas del Raval hasta las urbanizaciones más lujosas de la ciudad alta.
De nuevo, el autor Iván Guevara vuelve a tener un hueco en este blog desde la reseña de Una noche de veinte mil años. En esta ocasión dejamos un poco apartada la ciencia ficción para adentrarnos en una obra que podríamos incluir en el género de la novela negra underground. Junto con los personajes principales, Mario y el Rata, nos adentraremos en los suburbios de la ciudad de Barcelona para vivir momentos que mezclan la oscuridad de las cloacas más profundas de la sociedad con un humor sarcástico y ácido más que adecuado para la ocasión.
Se trata de una micronovela compuesta de cuatro partes (en su momento, cuatro tomos) de aproximadamente veinte páginas cada una. Viene escrita en primera persona desde el punto de vista de Mario, con un estilo cercano y sencillo lleno de expresiones "quinquis" que nos hace sentirnos como si el propio personaje nos contara la historia sentado en la barra del bar. En este sentido, el escritor hace un uso muy inteligente del lenguaje.
Los protagonistas son antihéroes y tanto ellos como los cinco o seis personajes secundarios podrían clasificarse como absolutamente prototípicos. ¿Eso es malo? No tiene por qué. Creo que unos personajes redondos con una personalidad más compleja no habrían sido capaces de llevar esta historia con el mismo dinamismo, y menos en tan solo 80 páginas. Esta historia lo que demandaba era "tipos": los antihéroes bueno-malos, el ricachón depresivo, la chica tonta-buena-despampanante, etc. Eso sí, ya sabéis que los tópicos no suelen favorecer a las mujeres, de modo que los dos personajes femeninos que hay están únicamente para cumplir la función de ser los objetos de deseo (tanto emotivo como sexual) de los personajes masculinos.
En cualquier caso, es una lectura ligera y entretenida ideal para echar la tarde o para leer mientras se va en transporte público.
¿Habéis leído a este autor? ¿Qué pensáis de las micronovelas? ¡Decídmelo en los comentarios!
3 Comentarios
Hola no me convence así que lo dejo pasar. Saludos
ResponderEliminarhola! Buenp yo me leo hasta los carteles de propaganda, y esto es diferente, gracias! Un enorme besotebuho y muy gordo para este Año Nuevo, Felicidades!!!!
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarBueno, no logra convencerme. Estoy un tanto fastidiada con las micronovelas, así que por mi paz mental lo paso.
Igualmente, gracias por la recomendación!
Saludos y feliz año nuevo!!