Obra: Medea
Autor: Eurípides
Editorial: Penguin Clásicos
Año de edición: siglo V a.C. (de esta edición: 2015)
Número de páginas: 152
Sinopsis: La más importante de las obras de Eurípides y uno de los trabajos que mejor representan su concepción de lo trágico, muy distinta a la de Sófocles y Esquilo Jasón no solo regresó de la Cólquide con el vellocino de oro, sino que también sedujo a la hija del rey Eetes, Medea. A su vuelta a Yolco, hallan un escenario de traición familiar del que huyen dejando un rastro carmesí. Cuando recalen en Corinto, Medea desplegará una pavorosa venganza contra Jasón al descubrir que pretende a la hija del rey Creonte. Este imperecedero personaje femenino recoge las leyendas que veían a la hechicera como una mujer exótica y salvaje que, por amor, despierta el lado atroz de lo humano.
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¡Buenas y clásicas tardes, contraportadistas! Hoy vamos a hablar de un clásico de la Antigua Grecia: Medea del dramaturgo Eurípides. Como ya sabéis, nuestras reseñas no son una disertación que te mandan redactar para el segundo semestre en Lengua y Literatura, para eso ya está el Rincón del Vago; sino que nos gusta centrarnos en los sentimientos y sensaciones que los libros nos provocan 🌈Aclarado esto, ¡comenzamos!
Escrita en el siglo V a.C., Medea es una de esas obras inmortales que perduran hasta nuestros días y que ilustran la idiosincrasia de las culturas ancestrales. Lo primero que quiero decir es que Medea es, en mi opinión, una de esas obras que todo el mundo debería leer, en especial las mujeres. Semidiosa, hechicera, madre y esposa, Medea tuvo que elegir entre el amor que profesaba por el héroe Jasón —el argonauta— o el amor por su país y su familia. Eligió abandonar su nación para ayudar al hombre al que amaba y por el camino tuvo que sacrificarlo todo y exiliarse a una ciudad que no conocía junto con Jasón y los hijos que engendró con este... para luego ser traicionada por él.
Pongámonos en su piel: ¿y si nosotros abandonásemos todo lo que hemos conocido por amor y esa persona decidiese largarse? ¿Y si encima buscase casarse con una mujer de alta cuna solo para conseguir poder y sentarse en un trono? ¿No buscaríamos la venganza? ¿El dolor y la rabia no nos empujarían a buscar el mal? ¿Por qué deberíamos tragarnos el orgullo y agachar la cabeza ante una injusticia como esa? Desde luego, Medea no estaba por la labor dejar que Jasón se saliera con la suya.
No quiero ahondar demasiado en la trama del libro porque si lo cuento todo entonces no tiene sentido que lo leáis y la magia de esta obra está en descubrir todo poco a poco. El lector será testigo de cómo Medea usa su inteligencia para trazar una terrible venganza que busca nada más y nada menos que arrebatarle a Jasón todo lo que anhela: el estatus y el poder. Me ha gustado sumamente cómo Medea lleva su plan hasta el final en vez de aceptar de manera sumisa su funesto destino.
Lo que me gusta de Medea es que es humana —a pesar de ser descendiente de Helios, titán del Sol— y siente y padece como una persona de carne y hueso: anhela el amor y sufre la desdicha, siente rabia y odio y es lo que hace que empaticemos con ella. Y es que Medea es un personaje que ha mentido, maquinado, conspirado, embrujado y enredado con el único propósito de complacer a un hombre que la ha repudiado, trayendo la vergüenza a sí misma y a su familia.
Por otro lado, el estilo de Esquilo es bastante cotidiano y emplea un lenguaje coloquial que facilita la lectura —sí, Homero, te miro a ti y a tu Ilíada. Es cierto que mantiene la forma de expresarse de la dramaturgia griega, pero creo que nadie puede encontrar problemas en seguir el hilo de la historia y entender cada frase de la obra.
Así que, queridos lectores, no dudéis en darle a Medea una oportunidad y recordad: la venganza siempre es una buena opción 😈 Al menos, si quieres escribir o leer sobre ella.
¿Nos recomendáis algún otro libro sobre venganzas? ¡Decídnoslo en los comentarios!
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