Autor: Clive Barker
Obra: Demonio de libro
Lugar de edición: Madrid
Editorial: Factoría Debolsillo
Fecha de publicación: 2007
Número de páginas: 251
Idioma original: Inglés
Traductor (castellano): María Sánchez Salvador
Resumen del libro: Esta escalofriante novela, en la que un demonio medieval se dirige directamente al lector con tono mortífero unas veces y seductor otras, es una autobiografía nunca antes publicada que fue escrita en el año 1438. El demonio se ha introducido en las mismísimas palabras de esta historia de terror y ha convertido el libro en u n objeto peligroso y lleno de amenazas con la intención de liberarse y ejercer su poder. El relato del señor B., un brillante y realmente perturbador tour de force de lo sobrenatural, conduce al lector a un íntimo y revelador viaje para descubrir la espeluznante verdad sobre la batalla entre el Bien y el Mal.
Clive Barker, el aclamado autor de horror y fantasía, vuelve a ponerle los pelos de punta al público con su penúltima novela Demonio de libro. Esta obra, que ya exhibe su condecoración como Best-Seller, transporta al lector hasta el imaginario demoniáco del medievo. Allí, el escritor logrará crear un retrato de toda la hipocresía y la decrepitud de la humanidad vista a través de los ojos de un demonio.
La acción transcurre entre dos mundos: El infierno y el mundo de la Edad Media. El protagonista, Jakabok Botch, es un demonio de clase inferior que ha acabado preso en el interior del libro que el lector tiene entre las manos. Clive Barker ha destruído completamente la cuarta pared, pues Jakabok Botch habla con aquel que le está leyendo en un monólogo con forma de aparente diálogo. Desde la primera frase "Quema este libro", demonio y lector comienzan una relación en la que el monstruo le revelará su vida, sus crímenes y todos los secretos del Infierno a cambio de que él queme el libro. Para que el diálogo sea más convincente, se hace poco uso de los adjetivos que el protagonista utiliza para interpelar a su interlocutor, de modo que uno puede llegar a creerse que el libro que tiene entre las manos está vivo de verdad. El error de esta técnica es que en la traducción al castellano es inevitable que ciertos adjetivos se refieran al género del lector. Un hombre puede seguir inmerso en el relato sin que esto destruya la atmósfera de fantasía, pero una mujer tiene más difícil "creerse" que el libro ya conoce todos sus secretos y la está vigilando cuando la interpela como "traidor, malvado" en vez de "traidora, malvada". La neutralidad de los adjetivos ingleses en la obra original no tiene este efecto negativo.
Esta narración es fundamentalmente de terror, y ciertas escenas son bastante "gore". Si uno lee este libro no tiene más remedio que imaginar escenas como matanzas de bebés o personas derretidas entre las llamas. No es el típico terror sugerente y misterioso, sino que el autor deja toda la maldad del demonio a plena vista desde el principio. Entre Jakabok Botch y el lector, no hay ningún tipo de secreto.
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