La Cylcon 16 era la Convención de Castilla y León de Fantasía, Ciencia ficción y Terror. El domingo pasado fui a Valladolid a este evento por tres motivos: por la curiosidad periodística, por mi papel de bloguera literaria y porque fui a firmar mi libro Mekronos con la Cooperativa de Escritores Independientes.
Acudí en tren y mi experiencia fue una gran aventura, ya que cuando llegué a Valladolid cogí un taxi que, por un error, me dejó en la otra punta de la ciudad, así que tuve que coger otro para que me dejase en la Feria de Valladolid. Finalmente llegué sana y salva.
Lo mejor de toda esta experiencia fue poder encontrarme de nuevo con Lusa Guerrero, autora de Sin miedo a vivir, sin miedo a soñar; y poder conocer a otros grandes escritores como Ramón Somoza, Pierre Monteagudo, Jorge Urreta (cuyo libro Decisiones fue uno de los primeros que reseñó este blog), Alberto Rueda y Jordi Villalobos (autor de Linderiun Tesarien Racem). Todos estos autores fueron compañeros sin igual, estar con ellos fue muy interesante y divertido. Hicieron que el día se me pasase en un suspiro y aprendí muchas cosas. Además, les quiero agradecer a todos que me regalasen un ejemplar de cada uno de sus libros en papel (en cuanto se acabe la época de exámenes y trabajos finales tendréis reseña). Por si fuera poco he hablado con Lusa (que es presidenta de la cooperativa) y estamos hablando sobre organizar un sorteo de un gran lote de libros esta Navidad a través de la Agenda Compacta.
Después de comer, Lusa, Jordi y yo fuimos ponentes en una charla sobre los principios de la Cooperativa de Escritores Independientes, hablando de por qué debemos apoyarnos unos a otros.
Más tarde, me pasé la tarde dibujando y haciendo ilustraciones en el stand. Creo que esto fue un buen reclamo de marketing porque cuando me puse a hacerlo es cuando vinieron más lectores a curiosear mi libro. Lo cierto es que ni lo había pensado, me había puesto a dibujar simplemente porque me apetecía.
Debo reconocer que la Cylcon en general me pareció un poco pequeña. El recinto era diminuto y había muchos "aranceles" económicos. Había que pagar por la mesa y un porcentaje por los libros vendidos (lo que hizo que tuviésemos que encarecerlos un poco). Y como, además, había que pagar por entrar (5€ ni más ni menos) no hubo una gran afluencia de público. Tal vez si lo hubieran abaratado un poco, el evento habría sido más exitoso.
Por último, tuve la oportunidad de conocer Valladolid. ¡Es preciosa!
En general, fue una buena experiencia :)
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