Buenas tardes, contraportadistas. Este post se sale un poco de lo normal, ya que en esta ocasión no escribo para hablar sobre un libro, dar una noticia o convocar un concurso... En este post voy a hacer una pseudocrónica de mi experiencia en un casi improvisado viaje a Alicante. Ya sabéis que me encanta viajar, y ya lo dejé claro en mi viaje a Sevilla y a Granada (por no mencionar mis experiencias en FITUR y demás), de modo que este post no debe sorprenderos mucho ;)
En cuanto a las razones de mi viaje... Llevaba un par de semanas bastante agobiada por los estudios, el trabajo y las lecturas pendientes. Era una de esas excepcionales ocasiones en las que ni siquiera era capaz de leer, aunque lo intentaba. Trataba de escribir un poco y las musas no querían ni verme. Seguro que a muchos de vosotros os ha pasado... Yo tenía EL BLOQUEO LECTOR
Para recuperar mi pasión por la lectura (y por la vida) decidí que todos los días me dedicaría una hora a mí misma y a mis libros, pero esa idea no funcionó porque siempre surgía algún imprevisto que me hacía seguir trabajando, porque me sentía culpable cuando descansaba (pensaba que podría estar haciendo otras cosas) o porque, simplemente, estaba tan cansada que me quedaba frita. PRIMER FAIL
Mi segunda táctica fue tratar de leer un mínimo de media hora cada día (hay gente que tiene esta rutina, pero yo soy más de leer cuando puedo un libro o dos a la semana), pero la técnica fue igual de inútil porque me daba cuenta de que llevaba diez páginas y no me había enterado de nada... OTRO FAIL
Vosotros no notasteis la diferencia porque ya sabéis que La Contraportada tiene el compromiso de publicar un mínimo de dos post semanales, y yo siempre tengo entradas de reserva para los imprevistos. Pero, como ya he dicho, estuve dos semanas sin leer ni escribir nada.
Al final la solución me la trajeron mis amigas Marta y Eva, más conocidas por la comunidad de Instragram como Siamesas Around The World (@siamesasaroundtheworld). Y, como en la mayoría de las ocasiones, la solución era la cosa más simple... Necesitaba unas pequeñas vacaciones.
Estas chicas, para los que no las conozcáis, se han visto ya medio mundo. En su cuenta de Instagram tienen fotos increíbles de un montón de países y de muchísimos sitios. Son muy activas, les gusta todo lo nuevo y (como un plus) también son unas amantes de la buena comida :P
De modo que, cuando me propusieron que me fuera a Alicante con ellas (de forma totalmente improvisada en la estación de Príncipe Pío) me atreví con todo y dije que sí. Y así fue cómo acordamos esta pequeña escapada.
A finales de febrero, Eva y yo partimos en bus para pasar el fin de semana en casa de Marta, en Alicante. Llegamos por la tarde, pero en poco tiempo ya nos enseñó el centro de la ciudad, el puerto y el casino. Aunque estábamos cansadas, no le dijimos que no cuando nos ofreció ir a buscar un poquillo de marcha en un pub irlandés ;)
Al día siguiente (sábado) nos fuimos a ver el Castillo de Santa Bárbara, y puedo decir que fue totalmente impresionante. Estaba tan alto que cuando subimos en el ascensor a mí se me taponaron los oídos. Por otra parte, aunque no era precisamente verano, sí que hacía muy buena temperatura. Estar ahí fue una gozada. Por desgracia, como soy gafe tuve una pequeña caída que me dejó un poco caput para el resto de la tarde, así que... ¡sesión de cine casero! Ese día me vi Nerve, El bosque de los suicidios y La noche de las bestias; para acabar a las doce de la noche en el cine Plaza Mar viendo La gran muralla (no la recomiendo mucho).
Y por último, el domingo fuimos con la calma a pasar la mañana en la playa de San Juan (que estaba totalmente vacía) antes de que Eva y yo volviésemos a nuestros hogares.
¿Qué saqué en claro de esta experiencia? Que para luchar contra el EL BLOQUEO LECTOR lo mejor que uno puede hacer no es tratar de obligarse a leer... Sino despejarse. Puede parecer una lección de primero de primaria pero a veces las cosas más simples son las que pasan desapercibidas. A mí me encanta viajar, aunque lo he descubierto recientemente. De hecho, en los últimos diez meses he viajado más que en toda mi vida junta, y creo que los "viajes de inspiración" son toda una realidad. Cada vez que he tenido un bloqueo lector o de escritor y he viajado (no hace falta que te vayas a China, solo con cambiar de aires un par de días ya basta) automáticamente me he sentido mucho más inspirada y con más energías.
Espero que mi experiencia y mi consejo os sirvan ;)
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