Editorial: Alfaguara
Número de páginas: 168
Año de edición: 2018
Sinopsis: «Nací mestizo, cruce de mastín español y fila brasileña. Cuando cachorro tuve uno de esos nombres tiernos y ridículos que se les ponen a los perrillos recién nacidos, pero de aquello pasó demasiado tiempo. Lo he olvidado. Desde hace mucho todos me llaman Negro.»
Hace días que en el Abrevadero de Margot, donde se reúnen los chuchos del barrio, nada se sabe de Teo y de Boris el Guapo. Sus colegas presienten que detrás de su desaparición hay algo oscuro, siniestro, que los mantiene alerta. Lo ocurrido no puede ser nada bueno; lo sospechan todos y lo sabe su amigo el Negro, luchador retirado con cicatrices en el hocico y en la memoria. Para él es cuestión de instinto, de experiencia sobreviviendo en las situaciones más difíciles. Eso lo lleva a emprender un peligroso viaje al pasado, en busca de sus amigos.
Arturo Pérez Reverte es periodista especializado en reportajes de guerra y un consolidado escritor español nunca exento de polémica.
Entre mis amistades hay tantos defensores como detractores de este autor, pero admito que aunque había leído algún antiguo artículo suyo en la prensa, nunca había leído ningún libro suyo... Hasta ahora.
El autor nos adentra en la vida de Negro, un antiguo perro de peleas ilegales ahora reconvertido en perro guardián. Pronto, este can tendrá que empezar a investigar por qué algunos de sus amigos perrunos, especialmente los perros vagabundos, están desapareciendo. Si tengo que situar esta obra en un género, sin duda sería la novela negra y el thriller policíaco.
En realidad, aunque todos los personajes mencionables sean perros, está claro que el autor utiliza a estos animales como una alegoría de la condición humana. A través de diversas situaciones inteligentemente construidas, se nos plantean una serie de críticas sociales. Se plantean problemas como la xenofobia, la lucha de clases ricas y pobres, las relaciones de poder, la esclavitud, la naturaleza humana que ve placer en emplear la violencia contra especies más débiles, los temas ecologistas y la alienación de la sociedad. ¡Y todo contado por perros! Sin duda, esta obra podría plantearse como una digna sucesora de Rebelión en la granja de George Orwell.
Los personajes tienen una gran profundidad psicológica y se hace muy sencillo empatizar con ellos y con sus preocupaciones (muy similares a las de los humanos). Asimismo, la pluma es muy ágil y directa, sin necesidad de caer en florituras innecesarias (imagino que como consecuencia de la costumbre periodística del autor). Por no decir que tiene muy poquitas páginas... El suspense, la lectura fluida, el vínculo que el lector forma con los personajes y el hecho de que el libro invite a pensar al lector, son factores que determinan que sea una lectura fluida y amena.
Sin ánimo de meterme en polémicas ni opinar sobre el autor, su ideología o su vida personal, solo puedo decir que este libro me ha gustado bastante.
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