Número de páginas: 118
Editorial: Autopublicado
Editorial: Autopublicado
Resumen: Cómplice Lector... Voy al verso, como pudiera ir hasta el amor, a tu cuerpo o a la tristeza, hacia todo rescoldo que me haga aligerar el paso por esta tierra capaz de ceñir mi oquedad, el cuerpo donde vivo un hambre roído por costumbres. Quise soñar, escribir tu alma; vivir tus pasos, pues solo en el fervor del olvido se pueden ceñir los recuerdos, alimentar un discurso constante, de puertas abiertas al sentido. En estos poemas me rompo por ti, para que tu alma sobreviva al dolor infinito, para que no llegues a tener otra pena que no sea esta, la mía, vertida sobre el mudo sosiego del mundo. Voy al amor, porque solo el amor puede salvar nuestro miedo, nuestras ganas de existir. Voy a ti, a la verdad que invocas, mientras los puños del dolor duermen entre las páginas dispersas de este volumen, solo por ti escrito, para vivir en ti y que roces mi dolor… para que te encuentres… No hay en estos versos propósito de incordiar, o atreverse a ser irrespetuoso con la vida. Los libros, su constante lectura, existen para hacernos crecer cuando somos nadie. Toda literatura nace, consiste y es, otro camino hacia la literatura. Retomo instantes de las Escrituras. Voy hasta ellos con devoción absoluta para intentar explicarme no solo un camino áspero, sino también mis pasos por él, intentando no perder la oportunidad de vivir.Escribir es aprender lo vivido…
Arlen Regueiro Mas es un escritor de formación autodidacta, ha participado en eventos literarios en Maracaibo, Madrid, Caracas y Acapulco. En el 2004 obtuvo Mención Especial en el VI Premio Internacional de Poesía Nicolás Guillén, convocado por la gobernación del estado de Quintana Roo, México. Con El Hambre de la patria (1972) obtuvo el XXXIV Premio Internacional de Poesía “Juan Alcaide” co-auspiciado por la Facultad de Letras de la Universidad de Castilla-La Mancha y la Editorial Verbum. Tiene publicados los libros de poesía: Páginas del Agua, Identidad para el silencio, Memorias del Cuerpo y Pronósticos del Mirlo; Tan frágil como el vidrio, de teatro; y Ciudad de los Portales I: los poetas, con entrevistas y textos de cubanos residentes en Ciego de Ávila. Su obra, además, aparece recogida en: Poetas Cubanos en Canarias, España; Dieta Balanceada y otros cuentos, Cuba; La tierra tiene un nombre común, Venezuela; La estrella de Cuba. Inventario de una expedición, Venezuela; Siete poetas a “El País de Ofelia”. Antología del Festival Atlántico de Poesía “De Canarias al mundo”, España; De Madrid, al cielo, Antología de poemas a Madrid, Editorial Verbum, España; y Abra de Panes y peces, Antología Poética, USA.
Sabiendo todo esto del escritor, según su propia biografía, ya solo queda presentar la obra. Teorema del vértigo y otros poemas es un poemario que ha logrado algo que otros poemarios no habían logrado... Sorprenderme.
Antes de nada quiero aclarar que no soy una experta en poesía pero disfruto leyéndola, y de hecho este blog ha reseñado algunos poemarios antes. Lo único que puedo decir es que cuando Arlen me mandó la obra tenía tantas ganas de leerla que esa misma noche ya la había terminado, y al día siguiente me la releí. ¿Un mal poemario sería capaz de enganchar así? Yo creo que no.
Arlen ha conseguido dar un soplo de aire fresco a la poesía (que le iba haciendo falta). Esta originalidad (difícil de conseguir en un género con el que se ha experimentado tanto) ha ido conducida por una mezcla de estructuras, un nuevo punto de vista sobre las temáticas clásicas y un mayor embellecimiento del lenguaje.
Cuando digo que se cambia la estructura me refiero a que este poemario no se trata de recopilar versos, ordenarlos en el papel y mandarlos a imprimir. En esta obra confluyen páginas de prosa poética (unas que son más reflexiones, otras de un tipo más narrativo y otras que interpelan directamente al lector...); citas (de otros autores, muy bien seleccionadas); y otros textos que presentan una estructura de poema, pero con versos de diferente métrica, longitud, e incluso justificación textual (texto justificado, alineado a la izquierda, alineado a la derecha...). Todo un regalo para la vista que conseguía atraer la mirada del lector al papel, como lo hacen los cambios de plano en el cine. Era imposible aburrirse.
Sobre las temáticas digo que retoma las temáticas clásicas. La obra en sí trata el tema de la vida en toda su magnitud: el amor, la decepción, los sentimientos, las personas que van y vienen... Pero desde un punto de vista más original, no se trata solo de la vida como "la vida y la muerte" (que es lo típico que se suele ver) sino la vida en su concepto más amplio, con una recopilación de las cosas más importantes que a uno le pueden pasar cuando está vivo. Además, dentro del amor tiene a bien mencionar al colectivo LGBT. La obra también toma elementos de la iconografía cristiana y los traslada a los poemas, como si algunos estuvieran basados en la propia Biblia (aunque si el autor no lo hubiera dicho explícitamente, yo no habría podido saber que un determinado poema de amor u otra temática tuviera sus cimientos ahí).
Por último, el embellecimiento del lenguaje. Como la escritora Eba Martín Muñoz dijo una vez, cito textualmente:
Escribir
así
no te hace
poeta...
Parece que últimamente por poner cualquier frase de esa manera ya eres poeta y no. Arlen es un auténtico poeta que con sus versos despierta sentimientos y emociones (y hondas reflexiones) en el lector, aunque reconozco que en un lenguaje algo críptico que puede ser un poco difícil de seguir. Mi conclusión fue que no se puede pensar racionalmente la poesía, así que me dejé llevar. Tal y como yo lo veo, los versos de este poemario pueden ser interpretados de múltiples formas según las experiencias previas del lector. Se me asemeja a esas manchas que muestran los psicólogos en los que uno ve una cara, otro una mariposa y otro una cueva oscura.
Lo único que me ha fastidiado un poquillo del libro es que hay algunos (pocos) poemas que están en italiano y sin traducción (vamos, creo que era italiano) así que me he quedado sin saber qué significan.
Os dejo por aquí un par de reflexiones que me gustaron bastante:
Y por último, este ha sido mi poema favorito:
Sabiendo todo esto del escritor, según su propia biografía, ya solo queda presentar la obra. Teorema del vértigo y otros poemas es un poemario que ha logrado algo que otros poemarios no habían logrado... Sorprenderme.
Antes de nada quiero aclarar que no soy una experta en poesía pero disfruto leyéndola, y de hecho este blog ha reseñado algunos poemarios antes. Lo único que puedo decir es que cuando Arlen me mandó la obra tenía tantas ganas de leerla que esa misma noche ya la había terminado, y al día siguiente me la releí. ¿Un mal poemario sería capaz de enganchar así? Yo creo que no.
Arlen ha conseguido dar un soplo de aire fresco a la poesía (que le iba haciendo falta). Esta originalidad (difícil de conseguir en un género con el que se ha experimentado tanto) ha ido conducida por una mezcla de estructuras, un nuevo punto de vista sobre las temáticas clásicas y un mayor embellecimiento del lenguaje.
Cuando digo que se cambia la estructura me refiero a que este poemario no se trata de recopilar versos, ordenarlos en el papel y mandarlos a imprimir. En esta obra confluyen páginas de prosa poética (unas que son más reflexiones, otras de un tipo más narrativo y otras que interpelan directamente al lector...); citas (de otros autores, muy bien seleccionadas); y otros textos que presentan una estructura de poema, pero con versos de diferente métrica, longitud, e incluso justificación textual (texto justificado, alineado a la izquierda, alineado a la derecha...). Todo un regalo para la vista que conseguía atraer la mirada del lector al papel, como lo hacen los cambios de plano en el cine. Era imposible aburrirse.
Sobre las temáticas digo que retoma las temáticas clásicas. La obra en sí trata el tema de la vida en toda su magnitud: el amor, la decepción, los sentimientos, las personas que van y vienen... Pero desde un punto de vista más original, no se trata solo de la vida como "la vida y la muerte" (que es lo típico que se suele ver) sino la vida en su concepto más amplio, con una recopilación de las cosas más importantes que a uno le pueden pasar cuando está vivo. Además, dentro del amor tiene a bien mencionar al colectivo LGBT. La obra también toma elementos de la iconografía cristiana y los traslada a los poemas, como si algunos estuvieran basados en la propia Biblia (aunque si el autor no lo hubiera dicho explícitamente, yo no habría podido saber que un determinado poema de amor u otra temática tuviera sus cimientos ahí).
Por último, el embellecimiento del lenguaje. Como la escritora Eba Martín Muñoz dijo una vez, cito textualmente:
Escribir
así
no te hace
poeta...
Parece que últimamente por poner cualquier frase de esa manera ya eres poeta y no. Arlen es un auténtico poeta que con sus versos despierta sentimientos y emociones (y hondas reflexiones) en el lector, aunque reconozco que en un lenguaje algo críptico que puede ser un poco difícil de seguir. Mi conclusión fue que no se puede pensar racionalmente la poesía, así que me dejé llevar. Tal y como yo lo veo, los versos de este poemario pueden ser interpretados de múltiples formas según las experiencias previas del lector. Se me asemeja a esas manchas que muestran los psicólogos en los que uno ve una cara, otro una mariposa y otro una cueva oscura.
Lo único que me ha fastidiado un poquillo del libro es que hay algunos (pocos) poemas que están en italiano y sin traducción (vamos, creo que era italiano) así que me he quedado sin saber qué significan.
Os dejo por aquí un par de reflexiones que me gustaron bastante:
"Aquí hubo sitio para el amor y vimos romperse los pétalos de su rosa."
"Quiero escribir y que vengas a leerme, a vivir en mis palabras los ruidos que carcomen tu experiencia."
"Voy al amor porque solo el amor puede saldar nuestro miedo, nuestras ganas de existir."
Y por último, este ha sido mi poema favorito:
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