Autor: Miguel Griot
Ilustrador: Álvaro Ortiz
Editorial: SM
Año de edición: 2018
País de edición: España
Número de páginas: 101
Sinopsis: El arqueólogo Tony Lynx y la hija de su maestro parten hacia una trepidante aventura en busca del padre de la chica, recientemente desaparecido. Para ello precisarán de la ayuda del lector, que irá resolviendo los enigmas ocultos en las ilustraciones a medida que avance la narración.
Antes de empezar, quiero compartiros este parrafito aclaratorio que he sacado de la web del autor, ya que os dará más información sobre la obra que estamos a punto de comentar:
Los Diarios de Tony Lynx: El Libro del Poder es una obra inspirada en el movimiento alemán Wimmelbild (literalmente objetos ocultos), cuyo máximo representante es Hans Jürgen Press autor de la obra maestra «Aventuras de la Mano Negra». Desde el máximo respeto y profundo agradecimiento a Press y otros autores como Ali Mitgusch, Tony Lynx incorpora dos novedades importantes al género:
- No todas las soluciones a los enigmas se encuentran en la página que lo plantea, en ocasiones el lector deberá echar la vista atrás para resolverlos.
- Las imágenes son tridimensionales, de ese modo en varias ocasiones para resolver el enigma planteado, el lector deberá ser capaz de imaginar qué hará Tony.
Otra influencia fundamental son las clásicas novelas de aventuras, Verne y sin duda el genial e inmortal Tintín. De ese modo el lector se embarcará en una exploración que le llevará de la Inglaterra victoriana a las islas del Pacífico pasando por Damasco, Hong Kong, Siberia y diversos lugares que aún no aparecen en los mapas.
Dicho esto, ¡por fin comenzamos! Ante todo, ¡buenas tardes, contraportadistas! El libro de esta semana es un ejemplar tan bello como especial. Se trata, como habéis podido imaginar con la sinopsis y la nota aclaratoria, de un 'scape book'. Es decir, que la novela mezcla enigmas, rompecabezas y juegos de lógica con la narrativa propia de una historia, concretamente, de un cuento sobre exploradores a lo Indiana Jones.
Tony Lynx será contratado por Rose Abbey para encontrar a su padre, Leopold. La singular pareja de exploradores se enfrentará a todo tipo de líos y desafíos en su viaje a través de países como China, Rusia, Polinesia, India y Siria hasta la ciudad perdida de Simurg. Además, por el camino, nuestros personajes aprovecharán para compartir con nosotros pequeñas perlas de sabiduría sobre la cultura de los lugares que visitan.
Me ha gustado especialmente la personalidad de Rose, pues es una mujer inteligente, perspicaz, audaz y llena de carácter que cuenta con todo el respeto de Tony. ¡Adiós al tópico de la damisela en apuros!
¿Y qué decir de la maquetación? ¡Toda una delicia! Me ha encantado la tapa semidura, la explosión de color en las ilustraciones de Álvaro Ortiz (que consiguen ser detalladas sin dejar de ser simpáticas), la calidad del papel que es sello de SM... Se lleva mis dieces.
Como únicos puntos mejorables diría que a los editores se les ha colado alguna erratilla y ciertos errores de expresión, pero solo por decir algo.
Tengo mucha curiosidad por saber si Tony Lynx se convertirá en una colección. ¡Ojalá sea a sí! Sin duda, es uno de esos libros que se deberían mandar en las escuelas y que se pueden disfrutar con cualquier edad. Y es que, aunque no quiero hacer spoiler, os adelanto que el libro tiene moraleja.
Eso sí, solo ha habido un detalle que me ha chocado un pelín. Estamos hablando de una editorial tan potente en España como es SM, con un autor español y un ilustrador español... Pero no hay ningún personaje español (Tony, Rose y Leopold son británicos) y aunque los personajes se cruzan medio globo, no se paran por España. ¡Por favor, no me malinterpretéis! No quisiera que esta inocente reseña de un libro infantil se convirtiera en una exacerbada exaltación nacionalista 🤣 Pero cuanta más literatura escrita por autores españoles leo, más me doy cuenta de que los personajes protagonistas que creamos en nuestra literatura son siempre estadounidenses, británicos (como es el caso) o, como mucho, franceses. ¿Es porque los productos de ocio que consumimos vienen de allí? ¿Nuestro imaginario, acostumbrado al cine y los libros extranjeros, ha asumido esos códigos como propios? ¿Presumimos que las novelas de detectives deben tener su punto de partida en Londres a causa de la herencia de nuestro queridísimo Sherlock Holmes? Al final, tengo la impresión de que los autores de otros países son los que más escriben sobre España y lo hacen bajo el tópico de las flamencas bailando sevillanas por la calle.
Vale, sí, me he puesto a divagar un poquito pero la función última de los libros es que nos hagan reflexionar y plantearnos cosas, ¿no es así? 😉 Sea como sea, hay muchísimos países por descubrir, y si el autor desea convertir a Tony Lynx en una colección le animo a incluir tanto a España como otros territorios impresionantes que pocas veces vemos en este tipo de literatura, como Chipre, Rumanía, Omán, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Uruguay o Argentina. ¡Hay mucho mundo ahí fuera!
En conclusión, un libro perfecto para jóvenes con mentes inquietas.
¿Qué os parece? ¿Le daríais una oportunidad? ¿Conocéis libros parecidos? ¡Decídmelo en los comentarios!
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